Sabemos que hay varias estructuras de actividades: individuales, en equipo, por parejas, en gran grupo, etc.
Y sabemos también cómo estructurar el aula de forma cooperativa, en equipos de 3-4 alumnos, pero también que los alumnos se pueden cansar de sentarse siempre con los mismos compañeros.
Por lo tanto, es aconsejable mantener los equipos cooperativos solo cuando proponemos actividades cooperativas. Y cuando se lleven a cabo otras tipologías de actividades, estos estén organizados de modo diferente.
Así, las mesas pueden estar distribuidas de manera concreta cuando realizamos tareas que no son cooperativas y modificar la distribución en otros contextos que sí requieren el trabajo en equipos cooperativos.
Un ejemplo de propuesta podría ser el siguiente: