Cuando hablamos de gamificación en el aula resulta muy oportuno empezar con un instante de la película Mary Poppins que todos los que la hayáis visto recordaréis perfectamente:
«En cada tarea que hacer, hay un elemento de diversión. Si encuentras la diversión, ¡voilà! La tarea se convierte en juego. Y cada tarea que tengas que llevar a cabo se convertirá en pan comido, una juerga…
Está muy claro… Aquella cucharada de azúcar…»
Efectivamente, se trata de los diálogos previos a la famosa canción Una pizca de azúcar, que seguramente ya os debe estar sonando en la cabeza en estos instantes, y que, en unas pocas palabras, da la clave de lo que podríamos entender por gamificación en el aula: encontrar aquel elemento de diversión en una actividad que, de entrada, podría parecer pesada con el fin de hacerla más agradable.