Empecemos con un poco de teoría. Autores como Piaget exponen que los niños y las niñas desarrollan un proceso de incorporación en el que los nuevos conocimientos se asimilan integrándose a las estructuras ya interiorizadas, lo que da como resultado los aprendizajes. Por lo tanto, no solo hay que tener en cuenta la realidad de los niños y las niñas, sino también los conocimientos previos.
Si un aprendizaje no es significativo para el niño o la niña, no lo mantendrá en el tiempo y lo olvidará o sustituirá por aprendizajes posteriores. En este sentido, es esencial desarrollar aprendizajes memorables, vinculados a los intereses personales de los alumnos y que potencien su creatividad, y mostrar la utilidad de los mismos. Cuanto mejor se lo pasen y más conecten con lo que están aprendiendo, más fijados les quedarán los aprendizajes.
Por este motivo, creemos que las vacaciones de verano son el momento ideal para experimentar, para descubrir y, en última instancia, para seguir aprendiendo.